viernes, 27 de mayo de 2011

Las manos...


Hoy, el palpitar del mar de tus ojos, deslumbró mis venas, inyectando letalmente el veneno de tu sombra en mí...

Quiero ser tú para arrancarme la piel del cuerpo y usarla como oleo en el cielo y vislumbrar mi felicidad cada mañana.

Quiero ser tú para observarme desde el desierto de tus labios, serpentearme sobre sus heridas y sanarlas con mi bocanada

Quiero ser tú para entretejer tus manos a mi noche, y así puedas entender cada estrella que he dejado ante tu ser


Quiero ser tú para poder caminar sobre el techo del cielo, susurrarle al oído del viento

Quiero ser tú para dejar de ser yo, y así fusionarnos en el frenesí de un beso que estreche las ganas de tomarte y no dejarte.

martes, 3 de mayo de 2011

Puede...

Sobre el ataúd de mi cuerpo, dejé caer las raíces de mis sentidos, esparciendolas cuidadosamente como semillas que fertilizaran la noche, en la cual, la misma luna tiemble pavorosamente por su sombra...

Desde el techo del océano hasta el fondo de la tierra, puede sentirse esa lluvia gentil, insinuante y plancentera, que invita agradablemente a la dicha, a la explosión y al frenesí de una sonrisa inmutable, la cual, después del gozo del dolor, sea empapada por un campo lleno de besos, en donde tu alma observa las miles formas de gastar tus labios frente a esa huella intacata de tu sonrisa...

Puede que rompamos el cielo en miles de pedazos, transformarlo en un espejo y ahí, poder reflejar nuestra estadía en este hermoso vaivén de mareas, el descanso de nuestras manos sobre la balsa que vaga sin rumbo y destino por el mar de tus flancos...

Puede que desenterremos nuestra piel desde lo mas dentro del viento, con las cuales, las grandes murallas de tu rostro se cubren del susurro de mi tacto, y cegan mi universo...

Puede que la niebla que ha cubierto esta noche te robe un suspiro, y yo, te robe la noche, y a cambio de ella, te entregue cada gota del fondo del mar con un: Te quiero.

Rodrigo Pérez Téllez.