domingo, 18 de diciembre de 2011

Tengo...

Suelo extender mis brazos a la muerte y pronunciar a su oído: 
¿Dónde es que te escondes?

Recostado sobre los valles fríos de la muerte, me cobijo con tus huesos y saboreo el recuerdo de tus últimos suspiros, mirando al cielo infinito y desdichado, en búsqueda de ese tiempo ingenuo y visceral, que se llevó como lluvia toda mi vida, y ahora, las sequías son parte de mí.

Tengo en el paladar y en las manos ese sabor a miedo, esa sensación de tener tus dientes entre mis raíces y tus labios de gato en mi sombra y mi corazón... Tengo ese pavor de mirarte entre la niebla y en el frenesí, en el canto del viento cada atardecer, en el baile de las hojas de los árboles cada Octubre, en la sonrisa del payaso que toca su armónica.

Tengo pánico de encontrarme frente al espejo hecho trizas, hecho polvo y mariposa a la vez, para poder volar sin rumbo a tu ausencia...

Tengo temor de seguir en pie frente al vacío inevitable, cerrar los ojos y aparecer en tus mañanas amarrado a tu piel y tus ojos.


Ahora es que la misma muerte me ha respondido:

Tengo cobardía al amor, tengo cobardía a necesitarte.


Rodrigo Pérez Téllez.

lunes, 12 de diciembre de 2011

Brújula.

Es difícil hallar la brújula del universo en un par de suspiros, después de haberse ahogado en uno...

El sol ya no apunta de la misma manera, mis huellas ya no se desdibujan sobre el cielo, ya no recuerdo la simetría de tus labios, ni los estrechos caminos de tu piel.

Ya no recuerdo como es fumar un cigarro en compañía de la luna,  el mirar alegremente la caída de la hoja inmunda triste y desolada, no recuerdo nada de todo lo que yo era, sólo recuerdo el día en que caí plácidamente en los brazos del mar, los cuales me tomaron y me hundieron tan profundo que dejé de sentir... 

Sólo detendré el tiempo y me haré mar.


Rodrigo Pérez.