jueves, 24 de octubre de 2013

Quién.

Cuando el corazón añora, los labios dejan de respirar y busca en un desierto agonizante, tus besos.

Es difícil, muy difícil encontrarse a uno mismo, pero es más difícil encontrar quién te ajuste, quién te pueda reajustar, quién te estreche y todo ruido enmudezca para que de paso al pronunciamiento del viento que nos brinda una velada inolvidable.

También, es muy complicado con quién encajar pueda encajar de manera perfecta la curvatura de tu sonrisa, en cómo muestras al mundo obsceno tu retadora mirada, esa piel lúcida que cubre tu sentir hacia mi sombra y mis huellas.

Asimismo, es complejo descifrar tus versos, tus manos, tus piernas, pero más que nada, es arduo mirarte y no tenerte aquí, conmigo.

Sin embargo, y a pesar de ello, mis ganas consideran que han encontrado a mi utopía; al palpitar del mar, a la estrategia para no morir sin sentir nuevamente el amor; al florecimiento de cerezos en mi mente, simple y sencillamente, a ti.

R. Téllez.

viernes, 18 de octubre de 2013

Sabores.

He probado una vasta cantidad de sabores durante mi vida.

Es difícil poder detallar cuantos han sido, sin embargo, puedo describir que han sido exóticos, como el atrevido sabor del mezcal por la mañana sabatina; dulces como el néctar que producen las abejas en primavera; amargos como la incesante caída de la tierra sobre un féretro recién liberado de la vida; así como el sabor opaco de un cigarrillo después de haber practicado sexo sin amor durante una tarde lluviosa.

Quiero detallar que diversos sabores han pautado cada palpitar de mi corazón, sin embargo, aún no he encontrado aquel aroma, gusto, sensación en la cual, mi paladar, mi piel, mi sombra y mi letargo existencial pierda todo raciocinio; sin embargo, quiero reconsiderar, y más que nada, poder comprobar, que tus labios tienen esa fórmula, el perfume, la esencia de toda la vasta gama de sabores que existen en este universo.

Permíteme comprobar dicha hipótesis.


R. Téllez.




jueves, 27 de junio de 2013

En blanco.

Mi mente está tan en blanco, que estoy pensando en ti.

Nuevamente, los recuerdos caminan en círculos sobre el jardín de mi cabeza, me miran asombrados, en espera de que los tome de la mano y huya con ellos, y nos perdamos en una plática con cigarros y café.

Mientras tanto,  estás tú.

Ahí, jugando con el pasto, dibujando olas sobre el verdoso pasto que se asoma en mi ventana, admirando la forma en cómo aún anhelo una sonrisa tuya, y particularmente, un cálido beso nocturno.

Las palabras se ahogan mientras te analizo detenenidamente en compañía de una bocanada de nicotina, que se esfuma en el húmedo aire, para serpentearse fugazmente en el pálido cielo de Julio.

Y aún, te mantienes.

Te conservas intacta, como una pieza de porcelana, como un gran árbol de cerezos, te reinventas en cada instante, para desconocerte y conocerte en cada abrir y cerrar de ojos, sin que nada ni nadie, aniquile ese cariño.

Todavía.

Aún lo hago, mi cabeza se mantiene blancuzca.


Mujer distante, femina lluviosa, hembra infinita, dama efímera.

Rodrigo Téllez.

domingo, 9 de junio de 2013

Sólo estás tú.

No hay método, forma, fundamento o estrategia para no poder mirar a esos ojos camaleónicos, que me invitan a tomar entre mis manos a esos labios que se serpentean  sobre mi espalda desértica, para poder pintarlos a un costado de mi sombra, y así, me canten una canción de amor al oído de mi frenesí.

No hay estrategia ni teoría para manifestar que nuestros besos se conocen de hace tiempo, que tu primavera y mi invierno comparten cama, que tu desnudez y mi pudor son camaradas nocturnos.

No hay señal ni sentido, sólo estás tú.

R. Téllez.

lunes, 7 de enero de 2013

Me.

Me intoxica tu ausencia y lo que haces con ella.
Me envenena la distancia que hay entre tus labios.
Me corrompe tu piel y como la desvistes.
Me contamina la luz de tus ojos.
Me droga, mujer de sombra mística.