sábado, 9 de julio de 2011

Sonrisa...

La sonrisa de mi silencio…

Montado en las alas del Sol, somnoliento y hambriento de la arena de tu buque, viajo venenosamente al vacío intacto, a las llanuras desconocidas inexploradas de tus barrancas…

Empapado de tanto eco lejano, intento resolver la ecuación de tus labios, la óptica de tu sombra, el reflejo de tu caminar sobre el techo polar del globo aerostático en el valle desnudo,  que implora un roce de tus manos…

El cruce de tus piernas, se ha venido desdibujando como un gran terremoto en mi alma, tomando los océanos de tiempo en mi boca, disparando mis impulsos como cañón e impactándolos sobre las cascadas de tu pensamiento.

La luna, ha tomado la iniciativa de robar tu voz, y entregarte a cambio la noche, con la cual, podrás entonar las mas bellas melodías a la tierra, fertilizando mis pies, provocando que crezca una gardenia en mi corazón, alimentándola de tu muerte y del suspiro de las calles.

Como vía de tren, he unido cada parte de tu cuerpo a su cosmos, timando y robando la atmósfera de las auroras boreales, y así, poder ruborizar al cielo con tu belleza, tu divinidad, la soledad de tus horas, la danza de tus desiertos…

Si el viento pudiera describir el secreto que despiertan en tus ojos, habría caído retozadamente en la ceguera de tus sonrisas, como el  follaje otoñal de una lágrima tuya…

Tu piel es otra galaxia, un conocimiento aparte, la envidia del amor mismo, el génesis de los colores, la luz silenciosa  de Dios, los caballos indomables del destino.

He clavado mis ganas y mi áncora en el fondo de tu esternón, esperando el azaroso despertar de la primavera, para agazapadamente y sin aviso, estallar en tus edenes, resonar sobre los jardines de tus paraísos, vivir en ti…
Me has incluido en tu suave lluvia, y yo, tomaré tus venas como la senda en el turbio camino a la metamorfosis.

El gentil sabor de tu volar, ha dicho que la libertad del tiempo ha sido consumada, el escultor de tu sueño ha  sonado su trompeta.

Transforma toda tu arena, tu mar, tus labios, tú nada, tus calles, tu entender, tu flotar, tu nada y tu todo en mariposa, y revolotea sobre las razones del porque existe la frase: Te quiero.

Tú y yo vivamos un poco después de morir…

martes, 5 de julio de 2011

Sí, soy la sombrilla que cubre tus hombros del aleteo de las mariposas que flotan en círculos sobre tu aliento.

Sí, soy la tierra que te ve vagar tranquilamente en el horizonte de mis labios, dejando las huellas de tu sonrisa en mis suspiros.

Sí, soy el zigzagueo de las grietas de tu piel, conozco desde tu cabello más lejano a tu lágrima más cercana.

Sí, soy el bote que guía tus sueños, entre árboles perfumados y mares de besos conduzco la melodía de tu voz.

No, no solo soy eso: Soy aquí, allá, acá. Soy en todo momento, y todo momento eres tú.