jueves, 24 de octubre de 2013

Quién.

Cuando el corazón añora, los labios dejan de respirar y busca en un desierto agonizante, tus besos.

Es difícil, muy difícil encontrarse a uno mismo, pero es más difícil encontrar quién te ajuste, quién te pueda reajustar, quién te estreche y todo ruido enmudezca para que de paso al pronunciamiento del viento que nos brinda una velada inolvidable.

También, es muy complicado con quién encajar pueda encajar de manera perfecta la curvatura de tu sonrisa, en cómo muestras al mundo obsceno tu retadora mirada, esa piel lúcida que cubre tu sentir hacia mi sombra y mis huellas.

Asimismo, es complejo descifrar tus versos, tus manos, tus piernas, pero más que nada, es arduo mirarte y no tenerte aquí, conmigo.

Sin embargo, y a pesar de ello, mis ganas consideran que han encontrado a mi utopía; al palpitar del mar, a la estrategia para no morir sin sentir nuevamente el amor; al florecimiento de cerezos en mi mente, simple y sencillamente, a ti.

R. Téllez.

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